Myrna - Trabajadora de Desarrollo Infantil

En realidad, mi mamá no debería haber tenido un bebé; tiene un largo historial de una condición del corazón, lo que le causa dificultad al respirar y le hace sentir ligera la cabeza. Mis papás, ambos querían tener un bebé y por lo tanto oraron juntos y acordaron confiar en Dios para tener un bebé; Dios le dio a mi mamá la fuerza durante su embarazo y así como también al dar a luz, ya que fue capaz de tenerme bajo nacimiento natural.                            

Que yo recuerde, la oración era gran parte de nuestra vida familiar. La salud de mi mamá puso a prueba la fe muy seguido.


Esto fue la vez en la que todos pensábamos que iba a fallecer, mas mi mamá le suplicó a Dios que por favor la sanara pues quería bien criarme. Varios días, recostada en su cama, jugaba a la “barbie” en la cama donde ella estaba. Dios le escuchaba sus plegarias una y otra vez más.

Cuando yo tenía más o menos 6 años, mi mamá se enfermó tan mal, de alguna manera yo sabía el número de teléfono del trabajo de mi papá y a saber cómo, él lugar de su trabajo entendió quién era yo y consiguieron que mi papá tomara mi llamada y regresara a ayudarla. Creo que viendo a mi mamá enferma creó una profunda forma de empatía o comprensión en mi corazón. Estos sentimientos me hicieron querer siempre agradarla y a mi papá, porque no quería que se enfermara.                                                                 

Mientras que era difícil para todos el estado de salud de mi mamá, mi papá tenía un empleo estable haciendo cubiertas de mesas y por su trabajo me bendecía y también a mi mamá por años y años de trabajo continuo. Mi mamá se mantenía en casa conmigo. Ella llevaba los libros del negocio extra y respaldaba a mi papá con oraciones y el diario amor.             

Mi mamá dice que a la edad de 3 años fue cuando quise pedirle a Jesús que viniera a mi corazón. Mis padres me explicaban el Evangelio y creí recibir a Cristo como mi Redentor. Cuando estuve en el grado 5 mis papás me empezaron a mandar a una escuela privada Cristiana. En la escuela lo que aprendí en casa era reenforzado por las enseñanzas de que éramos salvados por la gracia de Dios a través de la fe y no por trabajos; gracias a mis profesores se me dio unos cimientos bíblicos fuertes en lo referente a la relación con Jesús que era lo que importaba.                       
La vida es buena. Mis papás me querían con todo su corazón. Disfrutamos de tantos recuerdos juntos y siempre deseando cuando nos íbamos de vacaciones. Mi niñez en general fue pacífica y le agradezco mucho a Dios.                                                                 

Ya para el octavo grado, mi mamá se sentía bien como para darme clases en casa. Mi mamá y yo llegamos a ser muy cercanas amigas en esos dos años. Fui una adolescente reservada; fuera de la familia no tuve muchos amigos. En mi juventud no supe en dónde encajar. En el 11 grado decidí ingresar a una escuela pública local. Tuve pocas amistades y mi prima fue la mejor amiga. También asistí a un grupo de jóvenes llamado: “Acércate a la Cruz” de una forma mensual. Era tan buen lugar para ir, que yo le agradezco a Dios por todos esos maravillosos momentos.

Iba a la Iglesia en forma regular y en el otoño del año 1996 empecé a conocer a un hombre que pronto nos hicimos amigos y  empezamos a salir en forma regular. Ya para Diciembre de 1996 salía con mi novio formalmente. Empecé a comprometer mis normas de vida. Yo era la que siempre quería resguardarme sexualmente pura hasta el matrimonio, pero ese deseo y modo de pensar se puso a prueba a lo largo de esta relación. Había lo que yo llamara “bandera roja” honestamente. Era el Espíritu Santo diciéndome que esto no era lo correcto. Recuerdo cuando fuimos a una fiesta que mi novio tuvo en ese tiempo. Fue la primera vez que yo probé el alcohol y frecuentar gente que jurara usando la mala palabra “f…” entre otras palabras profanas. No estaba acostumbrada a este tipo de vida, pero en vez de poner los límites en su apropiado lugar y la valentía de retirarme, permanecí ahí.  Mi corazón me sentenció de la vida secreta en la que yo me estaba dirigiendo con mi novio y un día le dije que eso no era lo correcto. Por lo dicho, no tuvimos sexo por un corto periodo y esas normas no se cumplieron a lo largo.

En Mayo de 1997 descubrí que estaba embarazada. Durante la ida a la oficina del Doctor recuerdo la primera cosa que el doctor me preguntó después de confirmar mi embarazo fue: “Lo quieres tener?”  Desde luego!   pensé. Estaba en realidad feliz y muy agradecida de tener un bebé. Cuando mi novio se dio cuenta de que  yo estaba embarazada, sugirió el casarnos.  Fue difícil comunicarles a mis papás de estar embarazada, pero le agradezco a Dios de que ellos me respaldaron, siendo más amorosos. Luego, planeamos nuestra boda.
                                               
Nuestro pastor dijo que él quería aconsejarnos primero si queríamos que él nos casara. Estuvimos de acuerdo mas luego averiguó que ya íbamos a tener un bebé. Desde ese punto, nos recordó que la Biblia decía acerca de la pureza sexual antes del matrimonio y nos pidió el por qué no lo habíamos hecho antes.  Luego nos exhortó a guardarnos lejos de toda relación sexual hasta la hora del matrimonio. Yo estaba decidida y necesitaba perdón y suspiraba por sentirme libre de culpa. Desgraciadamente no puedo decir lo mismo del que llegara a ser mi esposo. De cualquier manera, en Septiembre 6, de 1997 nos casamos.

Cuando recuerdo el pasado, ahora me doy cuenta qué tan manipulada fui tratada. Hubo tantas cosas que mi ex marido no mostró honestidad y hoy en día , no se la verdad de muchas cosas. Dentro del primer año de nuestro matrimonio averigüé algo que había pasado que me devastó completamente. Lo confronté, pero no confesó completamente. Permanecí con él, mas no estaba feliz. Creo que me amargué.                                   

Después de haber tenido a nuestro hijo en 2002, conocí a alguien que dijera cosas que yo quería escuchar acerca de mí. Me sentí deseada y así empecé una vida secreta la que me alejó de Dios. Regresé con otros amigos que llenaran mi vacío y me ayudaran a hacerle frente al desorden emocionalmente abusivo en el que vivía. Bebía cada vez que podía, creyendo que estaba bien mientras no me emborrachara.. Mas yo sabía lo que estaba haciendo. Era para llenar mi vacío y ayudar a sentirme aceptada. Por lo mismo mi vida fue hundiéndose, hasta que un día en Enero del 2006 me asomé a la ventana de mi recamara y le grite a Dios fuertemente ”Ya no puedo hacer esto mas, ayudame!” Quería salir de este emocionalmente abusivo matrimonio. Mas no sabia que deberia hacer.                             

Dios escuchó mi oración. Pocos días después, averigüé el por que de sentirme incomoda con mi ex y el por qué tan quisquilloso. No diré textualmente el evento, con el propósito de proteger individuos, pero llegó el día que la verdad se me reveló; le hable a mi prima para que me respaldara y le hable a la policía para reportar a mi ex. Esa noche nuestras vidas empezaron a cambiar.

Mi hijo y yo nos fuimos a casa de mi prima y obtuve una orden de restricción en contra de mi ex. No obstante, mi ex trato de contactarme de nuevo, nunca regrese con él. Creo que me separé de él emocionalmente; ni siquiera quería esa relación más. Creo que lo que el mal significaba para Satanás, Dios lo usó para el bien y regresar a su plan y dar libertad a mi y a mis hijos.

Dejarlo ir fue un paso en la dirección correcta. Mientras yo le hacía el llamado a Dios pidiéndole ayuda, no le había dado a Él todo mi corazón; no regrese totalmente hacia Jesus. Todavía vivía para mi satisfacción, pero pronto me llegó a corroer la culpa y a enfadarme.  

En el verano del 2006, en una vieja casa destartalada, en la peor parte de la ciudad, estuve leyendo un devocionario que me dio mi mama, escuche a Dios que me tocaba mi corazón con estas palabras: “Buscame.” Volví a dedicarle mi vida a Dios. Ese fue el día que mi vida empezó a cambiar . Nunca más bebería alcohol y Dios me liberó de las ataduras que el pecado tenía en mi vida. Dios me dijo inmediatamente de cambiar la estación de radio de la secular que había estado escuchando  a la Cristiana. Desde que la música había tenido una gran parte en mi vida, Satanás la uso para atraerme malos pensamientos y malos actos; pero cuando cambie de estación, empecé a escuchar la Verdad de la Palabra de Dios diariamente y Dios la usó para ponerme en libertad.                                                              

Pronto Dios bendijo a mis hijos y a mi con un lugar donde vivir, a pocos minutos de la Iglesia a la que frecuentamos. Me divorcié en Octubre del año 2007 y gane la custodia total de mis hijos.

En el 2008, Dios depositó el deseo en mí, de asistir a la Universidad Mundial de Evangelismo  de la Biblia en Baton Rouge, Louisiana en los Estados Unidos. Por lo tanto, una total aventura nueva y vida nos comenzó

Nuestros corazones serán sanados de lo del pasado y nos anclariamos profundamente en la Palabra de Dios.
                                               
¡Le agradezco a Dios por todas mis angustias y le agradezco por su redención! Me alejo de las garras  de Satanás. Era una esclava del pecado y Jesús me tomó de vuelta y lavo limpiamente . Soy una hija de Dios.

***

¡Hoy en día, Dios me ha estado enseñando tanto! En este pasado año, me ha mostrado un lado de mi que nunca conocí, uno que me sujeta a la necesidad de la aprobación de otros de mi.  Al mismo tiempo que El me ha revelado esto, El está trabajando para librarme de estas “cadenas” y este es el mejor año que he experimentado hasta ahora en esta nueva encontrada libertad.   Una cosa cierta:  El gozo del Señor no me ha dejado nunca.  ¡Su Espíritu Santo nunca me abandonó!  ¡El Señor es tan bueno! Tú puedes confiar en El con tu vida.

Querido lector: Si te encuentras en un lugar obscuro, Dios te encontrara en donde tu estes. El no teme la oscuridad, la sobrepasa. No importa lo que fuere, debes saber que El te ama. Te acepta tal y como eres y cuando escojas dar tu vida bajo su control, El te sanara y te dara paz que vivirá en lo más profundo de ti. Nunca te dejara y nunca te abandonara. Cuando Jesus dio su último aliento en la Cruz dijo: “Todo está terminado,” la deuda del pecado se ha pagado y Satanás y todas sus fuerzas del infierno han sido vencidas. Está hecho.  Creer en esto rompera ataduras y cadenas en tu vida y te dará libertad de vivir para Jesús.

 

¿Le gustaría hacer que Jesús sea el Señor de su vida?

 

 - Jesús, Yo creo que eres el Hijo de Dios. Te agradezco por haber muerto en la cruz por mis pecados y haber resucitado.  Por favor, perdona mis pecados y concédeme el regalo de la Vida Eterna.  Te pido entres en mi corazón y en mi vida como mi Señor y mi Salvador.  Por favor ayúdame a crecer en ti ya vivir para ti.  Gracias por haber entrado en mi corazón.

 

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