Una iglesia local en Burbank decidió acercarse y ayudar a la comunidad Cristiana en Haití. Así que encontraron una remota área allá, donde había un pastor Cristiano y su familia quienes vivían entre la gente y compartían el amor y el perdón disponibles en Jesús.

Caneille, Haití, está en el borde oriente del país y son extremadamente pobres. Nadie tiene carro, refrigerador, ni aún agua corriente. A propósito, la electricidad se instaló recientemente en el área.

Es así que la iglesia de Burbank preguntó a sus miembros: "¿A quién le gustaría ir en equipo a Haití por siete días y ayudar a arreglar unas cuantas cosas?”

Alfonso es músico y toca en un grupo de mariachi. Se integró al equipo y le dijo a Brian, el pastor del grupo, "Sabe usted, yo toco el violín y tengo uno que me gustaría donar."

Brian no quería desanimarlo, mas pensó: "Bien, yo puedo verte tocar el violín en Caneille, pero es un lugar tan remoto.  Nadie toca ningún instrumento allá. Viéndolo bien, no lo quiero desanimar."

Pensándolo bien: "Sabe qué, yo voy a preguntar". Como resultado envió un correo electrónico muy diplomáticamente a Betty, el contacto en Haití y le dijo: "¿Es esto práctico?" Dando a entender, las posibilidades son cero, a que alguien quisiera tocar el violín en una aldea tan remota, en un país tan pobre como es Haití. Suena un poco desquiciado.

Mas Betty regresó el mensaje diciendo: "Nunca me vas a creer esto, hay un joven, que resulta ser uno de los hermanos más jóvenes de Bastia, con el cual hemos tenido varias conversaciones en el curso de seis meses, que es músico y que sueña tocar el violín. Me dijo que había escuchado a alguien tocarlo en T.V. Se enamoró del sonido, que tenía este deseo y compartió ese deseo conmigo. Yo le aconsejé de lo caro que sería tenerlo. Sí, quizás puede que haya uno en algún lugar en Haití, pero sería muy caro y muy raro. Quería darle a entender que esto no ocurriría".

Como resultado de esto, el joven como que perdió la esperanza queriendo aprender a tocar el violín, pero concluyendo que su deseo era irreal. Todavía así, no dejaba de pensar en lo mismo. A propósito, también él toca los tambores y la guitarra, tiene 19 años y toma en serio el ser músico.

Pero Dios le tocó el corazón a Alfonso de no sólo proveer un violín, sino el ir a Haití y darle unas cuantas lecciones durante sus pocos días de estancia allá con el equipo de misiones. Ya para el Domingo el joven tenía su música memorizada. El pastor señaló que este individuo es dotado fuera de lo común. Su sueño es el llegar a ser un artista del Evangelio. Tal vez esto es lo que Dios ha planeado para él.

Es importante entender que nadie coordinó esto. De hecho, Betty había sentido desde el punto de vista humano que esto fuera tan improbable que sucediera que en cierto momento ella estuvo pensando en enviar una carta de oración pidiéndoles a otros orar por el deseo de este joven. Mas luego, ella sintió al Espíritu Santo que la guiaba el no hacer eso.

De hecho, el Espíritu Santo tenía en mira algo mucho mejor. Él envió a un músico desde Burbank, California, a Alfonso, que también se podía comunicar en francés, dicho a propósito; a Haití, donde había tal estudiante de calidad, esperándolo en tan remoto lugar. Este trabajo tan efectivo del Espíritu Santo, hecho sin ser planeado humanamente, simplemente nos deja boquiabiertos. Dios está trabajando más allá de las cosas que nosotros sabemos o que entendemos. Esto sólo nos muestra cómo Dios ama a éste joven y lo que hizo por él.

"Me llamo Alfonso y todo esto ocurrió realmente". -Amén.