¡Hola! Yo soy George. Nací en 1945 en Guadalajara, México. Soy el más joven de cuatro. Mi hermano mayor murió cuando tenía apenas un año de edad. Mis padres tenían un mercado de alimentos, y años más tarde una tienda de muebles.

Tengo cálidos recuerdos de mi papá. Cuando tenía unos 4 años, me encantaba ver a mi papá arreglando cosas y trabajando, cortando patrones de zapatos de cuero con un cuchillo curvado especial. Recuerdo que me dio una caja de madera con una cerradura rota, un destornillador, y un cuchillo con cuchilla curvada para cortar el cuero (el cual él mismo molió antes de dármelo). Disfruté tratando de arreglar la cerradura rota de la caja, que terminó en pedazos.

Yo amaba a mis padres. Fueron siempre buenos con nosotros y nos educaron como buenos católicos para ser ciudadanos responsables con un fuerte sentido de lo correcto y lo incorrecto. Ellos nos llevaron a la Misa a menudo donde participamos de los Sacramentos y recitamos el Credo de los Apóstoles. Cada vez que mi padre me disciplinaba, él primero explicaba por qué mis acciones estaban equivocadas, y después me daba una palmada para que no se me olvidara. Siempre Funcionaba, lo que no entendía en palabras, lo comprendía fácilmente por las nalgadas. El dolor me recordaba a no caer en esos comportamientos de nuevo. Siempre amé a mi papá por su disciplina
amorosa y todo el tiempo tenía buenos sentimientos por él.

Sin embargo, todo esto cambió. Mis padres se divorciaron cuando yo tenía apenas 7 años, y mis hermanas y yo fuimos a vivir con tías diferentes. Empecé a trabajar como conserje en la tienda de muebles de una de mis tías. El dinero que ganaba siempre iba a donde mi otra tía donde yo vivía para pagar mis consumos.

Siete años más tarde, mi hermana mayor obtuvo papeles de visa para mi mamá y yo, y juntos emigramos de México a los Estados Unidos. Los tres vivimos en Hollywood, California y solo viajábamos de regreso a México de vez en cuando para visitar a la familia. Durante una de esas visitas a México, conocí a una joven a la que quería casarme. Fui capaz de trabajar dos empleos en Hollywood y cuando cumplí 22, había ahorrado suficiente dinero para comprar un anillo, pagar los gastos de la boda, una luna de miel, y algunos artículos para nuestra nueva casa. Al volver de nuestra luna de miel, dos semanas más tarde mi esposa se unió a mí en los Estados Unidos ya que sus documentos de emigración visa fueron aprobados. Fue una gran bendición para nuestro nuevo matrimonio!

Trabajé en diferentes trabajos a través de los años. Conseguí un trabajo de la fábrica que suministra las botellas y las cajas para el empaquetado de vitaminas y de suplementos, y más adelante conseguí el puesto como operador de la máquina y del mantenimiento simple, y después de que mi turno terminara, trabajé en un restaurante como anfitrión y bar ténder. Eventualmente, trabajé sólo en el restaurante durante largas horas como anfitrión, bar ténder, y luego como jefe de camarero. Para entonces, mi familia había crecido a cinco niños, y para apoyar las necesidades de nuestra familia, solicité un trabajo en la Southern California Gas Company. Gracias a Dios, debido a mi inclinación mecánica, pasé todas las pruebas mecánicas y fui contratado como Representante del Servicio de Campo, y más adelanté como Representante del Servicio de Aparatos. Trabajé durante un total de once años para So Cal Gas Co., después de un tiempo algunas lesiones me impidieron trabajar.

Siguiendo el ejemplo de mis padres, llevé a mi familia a misa lo más a menudo posible y traté de inculcar en ellos una buena ética, buenos valores morales y ser buenos católicos. Mis hijos fueron bautizados y confirmados en la Iglesia Católica Romana y tuvieron sus primeras comuniones y primeras confesiones. Al igual que mi papá, animé a mis hijos a seguir sus propios intereses personales, sin embargo, pidiendo a cada uno de ellos sabiamente en pensar y asegurarse de que era algo bueno: Mi hijo mayor quería aprender boxeo y le di el mismo consejo de prestar atención y sabiamente ver si eso funcionaría para él. Mientras tanto, le ayudé a seguir el boxeo de la manera que pude. Él mantuvo mi consejo y más adelante se dio cuenta que no era lo suficientemente dotado para seguir una carrera como boxeador, y en lugar consiguió una carrera en emodelación, reparación, y mantenimiento. Cuando mi hija mayor se enteró del cristianismo y empezó a ir a una iglesia cristiana y se convirtió como cristiano, yo la apoyé mucho y la alenté a que profundizara su vida espiritual. ¡Finalmente, cuatro de mis hijos se convirtieron en cristianos!

Sin embargo mi esposa no compartía mi entusiasmo. Ella era muy infeliz con mi hija cada vez que ella compartía el evangelio y las inconsistencias del catolicismo romano con sus hermanos y conmigo. Este no era el único asunto en el que mi esposa y yo no estábamos de acuerdo: tuvimos varios otros desacuerdos. Uno de mis hijos comenzó a usar drogas y ser irresponsable, y no importaba lo cuanto intentábamos, no pudimos convencerlo de que dejara de hacerlo. Con muchos conflictos internos, nuestro matrimonio se rompió y mi esposa y yo no pudimos ponernos de acuerdo en cómo arreglarlo. Nos separamos, vendimos l casa, y perdimos casi todos nuestros ahorros.

El hermano de mi esposa que vive en Guadalajara, me invitó a ir a un consejo matrimonial Católico que iba a ser organizado en las afueras de la ciudad. A mi me sorprendió saber que mi esposa iba a ir, así que yo también decidí en ir. En mi mente, yo estaba pensando que nos iban a contar lo que Dios esperaba de nosotros y que obedeceríamos y nos reconciliaríamos.

En el seminario, hubo oraciones tales como "Ave María, Madre de Dios" y muchos testimonios de parejas, pero todo parecía estar basado en sentimientos o experiencias místicas personales. El sacerdote tocaría música romántica y luego daría alguna predicación religiosa con sabiduría práctica y terrenal. Pero una pregunta continuó repitiéndose en mi cabeza: "¿Dónde está Dios, Su Sabiduría, la Biblia y Sus Instrucciones?" Mientras miraba a todas estas parejas y viendo que se habían reconciliado de esta manera mundana, y ahora estaban en la conclusión dándose testimonio de enamorarse de nuevo, me levanté y exclamé: "¡No sé cómo, pero de ahora en adelante seguiré a Dios y seré de Él, ¡pase lo que pase!" En ese momento sentí la presencia de Dios tan Cerca de mí, pensé que Él estaba en mí! Al final de la reunión, el tío y la tía de mi esposa razonaron con mi esposa para reconciliarse, pero ella se negó. Yo estaba encantado de que sentí la proximidad de Dios, pero también me sentí decepcionado de que no pudimos reconciliarnos.

Volvimos a los Estados Unidos. Cuando volví a casa, puse mi equipaje en el dormitorio, luego caí de rodillas y lloré Y confesé mis pecados a Dios. Inmediatamente sentí la presencia de Dios en mí, y sentí que estaba flotando. Me había salvado!

Después de haber sido salvado, tuve un gran interés en leer la Biblia. Como era la primera vez que leía la Biblia, le pregunté: "Señor, ¿por qué la estoy leyendo si no puedo entenderla?" La Iglesia Católica me había enseñado que solo ellos podían enseñar e interpretar la Biblia. "Dios, ¿quién me enseñará?" Dios me respondió muy rápidamente con estas Escrituras: "Pero tú has recibido el Espíritu Santo, y él vive dentro de ti, así que no necesitas que nadie te enseñe lo que es verdadero" 1-Juan 2: 27a, NLT); Y "... el Señor da la sabiduría ... él pone la sabiduría sana para los justos" (Proverbios 2: 6a, 7a KJV). Leí la Biblia, le pedí al Señor la interpretación, y EL me reveló el significado.

Continúo leyendo y estudiando la Biblia y el Señor sigue enseñándome como Él enseña a los Suyos. He asistido a varios lugares de congregación de cristianos, incluyendo estudios bíblicos, y he seguido las enseñanzas de Dios para "probar todas las cosas y aferrarse a lo que es bueno". Al comparar las enseñanzas comunes con las verdades de la Biblia, he sido capaz de eliminar las enseñanzas que contradicen las enseñanzas de la Biblia. He dejado algunas congregaciones cristianas cuando se descubrió que los errores de enseñanza eran de gran alto nivel. Ahora me estoy reuniendo en uno de muchos buenos lugares de congregación donde la Santa Biblia es proclamada como la Autoridad, Inerrante y la Palabra Infalible de Dios.

Mi matrimonio terminó en divorcio. Mis argumentos nunca podrían haber salvado el matrimonio. Lo que la Biblia me enseñó fue que yo debería servir al Señor primero, luego a mi esposa, y luego a mis hijos. Este es el camino para un matrimonio feliz. Ahora todo lo que puedo hacer es ser un testimonio vivo de Cristo en mí y orar por la salvación de mi familia, esperando que un día ella pudiera venir al Señor para su salvación.